La gran familia de R. Franco se dio cita ayer en la Masía de José Luis en Madrid para celebrar la tradicional comida de Navidad, con ambiente fraternal pero sin descuidar el ámbito comercial. Y con Jesús Franco y María José Gallardo, en su papel de excelentes anfitriones donde no faltó un mensaje de presente y futuro por parte del presidente de la compañía, a modo de resumen de lo realizado en el presente ejercicio y presentación de la hoja de ruta del próximo año 2018.
Y es que en este quehacer, Jesús Franco pone sobre la mesa la ilusión de un joven de 76 años, ilusión que desborda a sus fieles colaboradores porque saben que el fundador es un auténtico pionero del sector que tiene muy claro por dónde deben ir las estrategias si, como se pretende, R. Franco continúa siendo un referente en la industria del recreativo de la mano de su principal producto: la máquina B.
Modelos de estas máquinas, como la Jugada Maestra, auténtica estrella de su catálogo de grandes juegos, acompañada de sus Islas de la Fortuna, Neópolis, Burlesque… Son los activos de R. Franco en un mercado complicado con nuevos actores en el escenario que pretenden arrebatar cuota de mercado a los ya establecidos. Con estos mimbres, una ayudita fiscal y el empuje que derrocha Jesús Franco, se establecen las líneas maestras del inmenso recorrido que tiene esta multinacional española referente del juego desde los albores de la historia.
El acto contó con la presencia de los reguladores madrileños Fernando Prats y Gracia Martín-Duarte, socios como Orenes y otros muchos profesionales y responsables de asociaciones, incluida la prensa sectorial.