El plan de convivencia escolar en Asturias incluye como novedad medidas para atajar la ludopatía, que los expertos vinculan al absentismo en las aulas
La ludopatía, la adicción al juego y a las apuestas ha experimentado «una eclosión este año» entre los más jóvenes. Menores de edad que, en muchos casos, empiezan a faltar a clase, cambian de hábitos e, incluso, de comportamiento. Son algunas de las señales que deben hacer saltar las alarmas para detectar y atajar un problema que las autoridades consideran «preocupante». Así lo manifestaron ayer responsables de la consejería de Educación, de la Delegación del Gobierno y de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Lo hicieron en la presentación del plan director para la convivencia y mejora de la seguridad en los centros educativos y sus entornos que, en su undécima edición, incluye precisamente como novedad un programa para la prevención de la ludopatía. Según explicó la delegada del Gobierno, Delia Losa, tendrá una vigencia de tres años, de 2018 a 2020.
Así, además de las charlas sobre los riesgos de internet, el acoso escolar, la violencia de género, las drogas y el alcohol o las bandas juveniles, los alumnos de los 70 institutos, 161 colegios públicos y 53 centros concertados y privados inscritos en el plan -son el 73% del total y un 9% más que el curso pasado- recibirán a partir de ahora formación para evitar caer en la adicción al juego.
«No nos equivoquemos, el problema no está en el sector del juego presencial, en los establecimientos físicos», advirtió la directora general de Interior. De hecho, según explicó Pilar Alonso, «en las más de 400 inspecciones realizadas por el grupo de inspección y control del juego -integrado en Asturias por cinco agentes- no se encontró a menores en ningún local, «ya sea casinos, bingos, salas de juego o salas de apuestas». El problema, continuó, «está en la publicidad», pero sobre todo, «en el uso de las nuevas tecnologías y, en concreto, del móvil».
Por eso, si un policía o un guardia civil detecta que un menor está usando su teléfono para apostar, podrá intervenir. «Lo que se hace es informar a los padres o a los tutores o en caso de que ocurra en el entorno escolar, comunicárselo al director del centro», explicó el capitán Molina, de la comandancia de Oviedo. Para Francisco Laviana, director general de Ordenación Académica de la Consejería de Educación, la clave está en concienciar sobre el uso adecuado de las tecnologías en las aulas, pero también en casa.
«Hay que hablar con los chavales», insistió. Y supervisar los dispositivos de conexión a internet.
Fuente: elcomercio.es