Tras 25 años trabajando para la diplomacia internacional, los servicios de inteligencia, la policía y el ejército en medio mundo, el australiano Stuart Page dirige ahora el departamento internacional de cooperación policial de la ICSS (International Centre for Sports Security), la entidad que va camino de convertirse en la Agencia Mundial contra los amaños en el deporte.
ICSS y Naciones Unidas celebran hoy una cumbre trascendental en Doha.
Pregunta: ¿Por qué aceptó la oferta de la ICSS?
Respuesta: Principalmente porque no hay otra organización en el deporte que actúe de una manera tan global. Es una especie de Naciones Unidas de lo que debería ser la integridad del deporte y en el que tienen cabida la gente del deporte, pero también los gobiernos y el resto de agentes que forman la industria del deporte, léase las casas de apuestas, por ejemplo.
Espero que en los próximos años el espectro de lo que se entiende por integridad en el deporte se expanda de manera drástica. Ahora pensamos en los amaños, el racismo y la corrupción, pero también contemplo proteger a la juventud, el deportista, vigilar los comportamientos fuera de las canchas, el fraude institucional, la evasión de impuestos… En eso se trabaja en la ICSS.
P: ¿Cómo definiría sus progresos desde su fundación?
R. En cuatro años, hemos hecho progresos significativos. Se han firmado acuerdos con la Unesco, la ONU, el Consejo de Europa, la Sorbona, Harvard… Tenemos oficinas en Londres, París, Ginebra y Doha.
Y en encuentros como los que mantenemos con la ONU —a través de su oficina contra la droga y el crimen— reforzaremos la lucha contra los amaños y ayudaremos a que los gobiernos potencien su legislación contra el crimen organizado en el deporte.
P: ¿Cómo es esa cooperación ahora mismo?
R: La realidad es que la mayoría de los gobiernos piensa que los amaños son una cosa del deporte, en lugar de verlo como una acción criminal que abarca el blanqueo de dinero, la evasión de impuestos… Los amaños son un crimen globalizado, que envuelve a muchos individuos de distintas jurisdicciones. Y que obliga a compartir datos y distinta información. Es la razón de este congreso: concienciar que hay que armonizar unas reglas nacionales e internacionales.
Sólo los gobiernos pueden fijar una legislación que proporcione las herramientas para frenar a esos criminales.
P: ¿Como actúa esa mafia?
R: Pueden llegar a ser procesos muy complejos en los que involucran a mucha gente.
Hubo una trama en que había entre 20 y 50 agentes intermedios entre el amañador y el deportista y que salpicaba a muchos países. Los casos de amaños suelen ser una red de gente en la que es difícil detectar quién financia la operación y desde dónde procede el dinero.
P: ¿Los mercados ilegales se centran en Asia?
R: No. Las apuestas ilegales pueden surgir en cualquier país. Fíjese en Estados Unidos, donde sólo se puede apostar en cuatro estados, pero sobre la NFL, NBA y MLB se vierten miles de apuestas de distintos apostadores en todo el mundo. No puedes ceñir las apuestas ilegales a un solo continente.
Es cierto que una gran parte del negocio del juego procede de Asia, aunque también es verdad que está muy arraigado en su cultura y que, además, hay una boyante clase media que le gusta jugar.
P. ¿Por qué el fútbol y el tenis son los dos deportes más sujetos a los amaños?
R. Porque son dos de los que más se retransmiten. No obstante, el crimen organizado se mueve rápidamente hacia otros deportes.
P. ¿Cómo está España? ¿Igual que en el entorno?
R. Cualquier país, cualquier liga es vulnerable a los amaños, no sólo España. La Liga tiene al Barcelona y al Madrid, dos de los equipos más seguidos del mundo, y eso atrae mayor variedad de apostadores en todo el planeta.
Debido a esto, es importante que el Gobierno español trabaje con las ligas profesionales y amateurs y que las autoridades legislativas españolas y las casas de apuestas compartan información y datos para reducir las posibilidades de amaño.
P. ¿Cuánto dinero mueven las apuestas ilegales?
R. Un estudio reciente de la Sorbona estima en 200 millones anuales el dinero que se juega en las apuestas legales y 500 en las ilegales. Nuestros estudios también estiman que el 80 por ciento de las apuestas mundiales son ilegales.
¿Qué significa eso? Que las casas de apuestas legales están perdiendo un 70 por ciento de beneficios por esas trampas. Los gobiernos y operadores deberían despertar y darse cuenta de los beneficios que están dejando de percibir.
P. ¿Ha tenido conocimiento de los casos de amaños en la Liga española?
R. Estoy al tanto de lo que está pasando. Creo que cualquier liga es susceptible de sufrir amaños hoy en día.
P. ¿Tienen más riesgo las segundas y terceras categorías de otros deportes?
R. Sin duda, cuanto menos atención suscite, más vulnerable es el deportista para el crimen organizado. Hay menos vigilancia y más fácil accesos a los árbitros.
P. ¿Cómo se acaba con esto?
R. Reconociendo los gobiernos y el deporte que es un problema de ambos. El deporte proclama su autonomía, pero no para este tipo de casos. Es obligatoria la involucración política si queremos ganar. Sólo un gobierno puede perseguir a un criminal por todos los rincones del planeta.
Fuente: MARCA.com