El enclave italiano, de apenas un kilómetro cuadrado, vive una pesadilla con la bancarrota de su casino municipal, el mayor de Europa y que ahora cerró sus puertas.


SOS Campione está muerta»
, reza un cartel delante del gigantesco casino, un cubo de concreto de 10 pisos. Más adelante, otro cartel recuerda que «No va más», al costado de una carpa montada por los sindicatos que representan a aproximadamente 500 personas que ahora perdieron su trabajo.

Francesco Padula trabajó en el casino durante 35 años. La quiebra es consecuencia de una «mala gestión», una situación que se tornó crítica por la caída de los ingresos y una masa salarial enorme.

La justicia italiana impuso en julio de 2018 el cierre de la imponente construcción del casino, un edificio que se puede ver desde varios kilómetros de distancia, ya que sus ingresos no cubrían los gastos. Esa decisión fue suspendida por un tribunal de Milán, que determinó la realización de un peritaje administrativo. El gobierno de Roma envió entonces un experto para ver si aún es posible salvar el casino.

El futuro de la iniciativa es sombrío ya que es imposible sumar inversiones privadas. «Sería necesario cambiar la ley», dijo el sindicalista Vincenzo Falanga.

En las salas oscuras, las centenas de máquinas de juego esperan su resurrección, casi como los 1.961 habitantes del enclave.

Un poco de historia

En el año 777 un rico comerciante y propietario de tierras, Totone, donó el lugar ahora llamado Campione (que se transformó en «Campione d’Italia» durante Mussolini) al monasterio de San Ambrosio de Milán.

Cuando el Ticino pasó a ser parte de Suiza, los habitantes de Campione optaron por seguir siendo parte de Italia, como parte de Lombardía.

Fuente: clarin.com