La operación Doble Estrella, entre la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra, ha desmantelado la principal mafia de confección de monedas de 2 euros, que llevaba al menos seis años de actividad.
Hay 10 chinos detenidos (de los que han entrado en prisión tres), entre quienes estaban dos maestros artesanos y uno de los guardaespaldas. La mafia, sin embargo, tiene a sus líderes fuera de España, probablemente en el gigante asiático. Habrían metido 500.000 unidades entre España y Europa, y ese cálculo es tirando por lo bajo.
Responsables de la Brigada de Extranjería de Madrid, de la Brigada de Investigación del Banco de España (perteneciente a la UDEF Central) y de la policía catalana han dado cuenta esta mañana de los pormenores del caso. Las pesquisas comenzaron en 2018, cuando se detectó un alto volumen de monedas de 2 euros que siempre estaban en manos de personas asiáticas. La investigación avanzó los años posteriores con la entrada y registro en una nave industrial de Cobo Calleja (Fuenlabrada), donde se incautaron de anillas y núcleos de monedas de 2 euros del tipo 92.
En 2020 siguieron más detenciones y al año siguiente, en Barcelona, se hallaron en un local de masajes chino troqueles y portatroqueles. A lo largo de 2022, llevaron a cabo más seguimientos en la Ciudad Condal, hasta que el mes pasado, marzo, la Policía Municipal, en un control de alcoholemia rutinario, descubrió que tres asiáticos portaban 15.000 piezas de 2 euros, también de esta ‘colección’. Quedaron arrestados. Finalmente, el 10 de abril, los integrantes del operativo irrumpieron en una nave de Villacañas, en Toledo, que es adonde habían trasladado el ‘laboratorio’.
Esta era una organización itinerante, que se desvivía por no vincular producción con distribución, de ahí que trabajaran en un lugar durante uno o dos meses y luego desaparecieran seis, de manera que mientras colocaban las monedas falsas, de extraordinaria calidad con respecto a las legales. Y después, vuelta a empezar. Se han encontrado elementos de fabricación de este grupo criminal en Portugal y Grecia, lo que da idea de su poder transnacional.
En cuanto a la finalidad de las piezas, las utilizaban para jugar en salones de apuestas, pero sobre todo las blanqueaban metiéndolas en máquinas tragaperras sin calibrar, de modo que les cambiaban las falsas por otras reales. En Barcelona, por ejemplo, los detenidos vendían a otros asiáticos de su confianza estas monedas de 2 euros a 0,80 cada una, para que loso compradores se las colocaran a turistas que entraban a sus bares y tiendas de conveniencia a comprar. La red de actuación era muy extensa, pero siempre con gente asiática, una comunidad cuyo hermetismo sigue siendo uno de los principales problemas para investigarla por parte dde la Policía