Unas 200 personas, la mayoría futuros empleados del Gran Casino Teatro Balear, se manifestaron ayer entre las plazas de España y Cort para exigir que el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Palma revise la documentación aportada por los responsables de la sala de juegos y les conceda la licencia de actividad que les permita abrir las puertas.

Por su parte, el teniente de alcalde de Urbanismo, Antoni Noguera, si bien aceptó entrevistarse con los manifestantes, insistió en que el Ayuntamiento se mantiene en que no se puede conceder licencia de Casino porque el proyecto presentado incumple la ordenanza del Centro Histórico en varios puntos, entre ellos los que regulan las condiciones de aforo y la existencia de viviendas colindantes.

Además, Noguera recordó que los promotores han realizado obras sin licencia, una cuestión que está por resolver por parte de los juzgados y por la que también tendrán que enfrentarse a un expediente disciplinario que puede culminar con la obligación de reponer las obras a su estado original, además del abono de una multa proporcional a las obras realizadas sin permiso.

Noguera insistió en que el expediente ha sido revisado en varias ocasiones y en todos los casos los informes técnicos «son desfavorables a la apertura del establecimiento por incumplir la ordenanza del Centro Histórico».

Además, lamentó que los promotores estén «jugando con personas y sus puestos de trabajo», por lo que les invitó a que reflexionen porque «con estas cosas no se juega», manifestó el teniente de alcalde.

Por su parte, los potenciales trabajadores del frustrado casino y sus familias reivindicaron al grito de «tenemos trabajo y no nos dejan trabajar», los 176 empleos que supondría la apertura del establecimiento.

Al respecto, un representante de los manifestante, Javier Fernández, explicó que «tenemos a 176 persona formadas en la Escuela de Croupiers para formar parte de la plantilla del Casino y no pueden trabajar». Afirmó que «nos han dejado hacer unas obras, tenemos todos los permisos y lo que dice el Ayuntamiento es mentira y está todo documentado», por lo que consideró que «se siguen agarrando a un clavo ardiendo para no dejarnos abrir».

En la plaza de Cort los bocinazos y los pitos de los manifestantes se convirtieron en algunos momentos en insultos hacia el teniente de alcalde Antoni Noguera, aunque acabaron en un aplauso cuando se concretó una cita para el viernes.

Fuente: diariodemallorca.es