Cristóbal Montoro, exministro de Hacienda, dejó sentadas las bases de una alternativa económica para Ceuta y Melilla. El paso fronterizo de mercancías sufre la discrecionalidad y vaivenes políticos y económicos de Marruecos. El país vecino tiene la llave para ahogar el principal motor de las ciudades autónomas.

Frente a ello, el Gobierno de Mariano Rajoy optó por apartarse de ese modelo y entrar a competir entre las tecnológicas y los servicios electrónicos. Concretamente, en el sector del juego online.

Los Presupuestos Generales del Estado de 2018 hicieron de ambas urbes una suerte de «paraísos fiscales» –no técnicamente– para las casas de apuestas online. En suma, incentivos fiscales y laborales para convertir Ceuta y Melilla en las nuevas capitales del juego. Hoy, la realidad es que el fracaso planea sobre ese plan primigenio.

Un factor determinante era -y es- el Brexit. Los gigantes del sector -William Hill, 888 y Bet365, entre otros- estaban ubicados en Gibraltar hasta que Reino Unido decidió salir por la puerta de Europa. Allí se beneficiaban de una legislación laxa a través de la que operar en toda el Espacio Económico Europeo, en una tradicional rivalidad con Malta por el liderazgo del sector. «Si dejas de cumplir los requisitos pierdes automáticamente el derecho a tener licencias. De un día para otro dejarían de ser elegibles para ser titulares de las licencias y, por tanto, se iniciaría el procedimiento de revocación», señala Albert Agustinoy, socio de Propiedad Intelectual e Industrial y de Tecnologías Disruptivas de Cuatrecasas. Este abogado y su despacho son los representantes y asesores en España de las principales empresas del juego. Habla con conocimiento de causa y sabe a dónde han cambiado sus clientes su base de operaciones, sin poder aportar nombres. Se limita a explicar que «todos han hecho una redomiciliación. Se han trasladado a territorio comunitario, la mayoría a Malta». Y añade: «Los grandes nombres han ido a Malta a corto plazo, y algunos de ellos están considerando Ceuta y Melilla para ubicarse allí».

De Gibraltar a Malta. Es el camino natural, dejando los destinos españoles en un segundo plano. Incluso después de que Montoro peleara por crear sus particulares capitales del juego. En las ciudades autónomas la factura fiscal y laboral nada tiene que ver con la del resto del país. El Impuesto sobre Actividades del Juego se bajó/simplificó a nivel nacional al 20%, y allí se añadió una bonificación del 50%; en el Impuesto sobre Sociedades estas compañías cuentan con una deducción del 50% sobre la cuota íntegra (lo que deja tipos efectivos de entre el 7,5-12,5%, en función del tiempo de implantación); la imposición indirecta (el IVA de esas dos urbes) quedó en el 0,5%; los empleados allí radicados tienen una deducción del 60% en el IRPF; y las empresas una bonificación del 50% en las cuotas de la Seguridad Social.

La sombra de Malta

Un pack completo para atraer a las empresas del juego y alumbrar un nuevo centro del sector. Pero la sombra de Malta es demasiado alargada… y España se pone a sí misma piedras en el camino. Una consulta vinculante a la Agencia Tributaria lapidó las opciones de Ceuta y Melilla como destino de los grandes operadores por los requisitos de establecimiento permanente. «No me da la sensación que el objetivo fuese Gibraltar, sino el desarrollo económico de las dos ciudades, sobre la base de que su rol histórico como puerto franco en África está quedando diluido. Siguen el modelo de Gibraltar y Malta, pero no necesariamente se enfocan en esas empresas. Si el objetivo fuese captar a esas sociedades, los requisitos serían más laxos. Lo que se pide es un establecimiento efectivo con una estructura notable», dice Mikel López, presidente de Jdigital, la patronal del sector, que transmite -solo en este sentido- también la visión de la organización que representa a las empresas «físicas», Cejuego.

William Hill, 888, Bet 365, Betfair, Bwin, Pokerstars, Interwetten… Casi el 100% de los gigantes del sector estaban o han trasladado ahora su domicilio a Malta. Y desde allí operan en el resto de Europa, bien directamente o bien a través de filiales locales. Ceuta y Melilla, en cambio, han captado un número muy reducido de compañías referentes a nivel nacional e internacional: Jokerbet, Aconcagua, Suertia, Mondobet y Betfred. Las excepciones son Luckia, que movió a Ceuta su base operativa para España y Codere, que se trasladó a Melilla. Sin embargo, estos son solo los nombres que se han hecho públicos, porque hay otros que aún están valorando la situación o están esperando para darlo a conocer. Es decir, hay para algunas de ellas, según fuentes del sector, que Malta puede ser solo un parche y optar a medio-largo plazo por España. Solo el tiempo dirá. «No va a ser algo residual», afirman en el sector para referirse a Ceuta y Melilla. Lo único cierto, de momento, es que el fracaso para atraer capital postBrexit es notorio.

Desde las dos ciudades autónomas, en cambio, defienden el éxito de la campaña llevada a cabo. Hablan de un balance positivo hasta la fecha y se escudan en que todavía llevan poco tiempo implantados los incentivos fiscales y laborales. De hecho, Daniel Conesa, consejero de Economía de Melilla, reconoce que la etapa electoral que les toca vivir ahora con generales, autonómicas, municipales y europeas no beneficia al clima de atracción. «Pasado el verano iniciaremos una fuerte campaña de promoción», asegura. Siempre y cuando revaliden su posición en el Gobierno de la ciudad autónoma. Asimismo, entre sus mayores orgullos está haber convencido a Codere. «Ha sido un goteo permanente de empresas que han ido viniendo como mínimo a interesarse y otras a implantarse», defiende Conesa.

Dinamización económica

Alberto Gaitán, consejero de Economía y Hacienda de Ceuta, habla de que «no pinta nada mal la situación», y recuerda los casos de empresas -medianas o pequeñas- que ya se han decidido por la región. «Venimos trabajando desde hace tiempo en atraer inversiones y empresas para generar riqueza y empleo», prosigue.

Lo cierto es que ambos consejeros rechazan la consideración de «paraíso fiscal» e, incluso, «capital del juego» porque su objetivo -dicen- trasciende a todo ello. Su intención no es lograr mayores ingresos fiscales sino dinamizar las ciudades autónomas y generar empleo, en dos economías tan dependientes del trasiego de mercancías con Marruecos, ahora en entredicho. Misma tesis sostiene López, de Jdigital, la patronal. «Buscamos la promoción económica de la ciudad», resume Conesa.

Sea como fuere, Gibraltar aglutinaba hasta ahora más de 3.000 empleados y más de 30.000 millones de facturación del sector del juego online. Y, por el momento, esas cifras han cogido un avión a Malta y no un ferry hacia Ceuta y Melilla. «Malta ha sido el estado comunitario ajeno a Reino Unido que, tradicionalmente, más ha apostado por un entorno normativo favorable a las actividades de juego online. Cuentan con una estructura tecnológica muy significativa y allí ya tienen una serie de proveedores y recursos que les facilitan el arranque y normal desarrollo de su actividad», sostiene Agustinoy, de Cuatrecasas. Las urbes españoles todavía no disponen de esa base, además de las trabas que se han puesto tras la resolución de la citada consulta vinculante. Dos «paraísos» que aún no lo son tanto.