Después de la sacudida de la pandemia a las cuentas de los negocios deportivos, la NBA ha llevado un paso más allá la liberalización de las casas de las apuestas en sus pabellones con el estreno de un salón de juego y apuestas en el Capital One Arena de Washington, la capital de Estados Unidos.

El pabellón de los Wizards recibió este fin de semana la visita del dueño del equipo, Josh Harris, y el comisionado de la NBA, un Adam Silver que desde 2014 ha trabajado para abrir camino al mundo de las apuestas en la liga estadounidense. El razonamiento del comisionado en un editorial de ‘The New York Times’ venía a decir que si los demás países lo hacían, ellos también deberían.

El tercer partido de la primera ronda de playoffs entre los Sixers y los Wizards, que acabó con victoria visitante, fue un momento histórico para el deporte estadounidense. Es la primera vez que se puede apostar legalmente dentro de un recinto deportivo de estas características en Estados Unidos.

La afición empezó la tarde viendo la final de la Champions League entre el Manchester City y el Chelsea, más tarde se fue a sus asientos en el Capital One Arena y al descanso volvió al recinto para apostar sobre el encuentro que estaban presenciando en directo. Luego se quedaron para ver el final del Jazz-Grizzlies.

Según los datos de William Hill, la compañía que explota los derechos de apuesta en el pabellón de los Wizards, un 40% del dinero apostado en el área de Washington esa noche provino del Capital One Arena.

El recinto pionero está abierto siete días de la semana y tiene dos bares y un restaurante de primera liderado por el chef Nicholas Stefanelli. Las previsiones son llenar el comedor cada noche.

Hasta 2018, una ley prohibía las apuestas legales en el mundo del deporte en casi todos los estados de EE.UU., pero una decisión del Tribunal Supremo tumbó la norma que restringía el mundo de las apuestas al estado de Nevada y a su célebre capital, Las Vegas.

Desde entonces, las casas de apuestas han empezado a operar a todo trapo en 21 de los 50 estados del país. En el Distrito de Columbia e Illinois, los operadores pueden instalarse en los pabellones y estadios como se hace ya en el Reino Unido.

Consciente de la complejidad y el frágil equilibrio entre el mundo de las apuestas y el deporte, el comisionado Adam Silver declaró que quieren “asegurar que dan con el equilibrio adecuado para la promoción de las apuestas alrededor de nuestros partidos”.

El movimiento, con las cuentas de la liga en un momento delicado después del impacto de la covid-19, tiene una lógica económica evidente. En términos de seguridad, salud mental y financiera de los aficionados, la estrategia es mucho más polémica.

“Soy sensible al problema, pero para la mayoría de gente es algo que pueden hacer, apostando relativamente pequeñas cantidades de dinero en los partidos”, explicó Silver en declaraciones a NBC Sports. “Es una acción que lleva a una mayor atracción a la hora de contemplar ciertos aspectos del deporte”.

Como es normal con temas tan delicados, las críticas al proyecto también han llovido para la NBA y la franquicia. “Nunca hay una comida gratuita, especialmente con algo tan lucrativo y adictivo como las apuestas deportivas”, declaró Keith Whyte, director ejecutivo del Consejo Nacional sobre los Problemas del Juego, en palabras recogidas por ‘The Washington Post’.

“Todo esto habla de la indiferencia generalizada que generan los costes sociales de este tipo de iniciativas”, valoró el experto ahondando en el asunto. “Será una losa enorme para la liga y el equipo, también para la casa de apuestas. Están operando en el seno de una comunidad completamente desprotegida”.

En España, la liberalización del mundo de las apuestas va en retroceso y la nueva ‘Ley de juego’ impulsada por el Ministerio de Consumo que lidera Alberto Garzón prohibirá a partir de la temporada 2021-2022 la publicidad de casas de apuestas en camisetas, estadios y otros lugares visibles en el mundo de la competición, una medida que afectará especialmente al fútbol.

Fuente: hmundodeportivo.com