Oriol Junqueras
Oriol Junqueras

El Govern ya no solo tendrá que surfear las exigencias que ha planteado la CUP para dar su plácet a los presupuestos.

Desde ayer también tendrá que hacerlo en sus contradicciones para fijar una posición en el debate fiscal que han planteado los cuperos, después de que el portavoz adjunto de Junts pel Sí (ERC), Roger Torrent, pasara por alto las líneas rojas que ha marcado el PDeCAT en esta materia y se abriera a negociar las propuestas de la CUP, que reclama una sustantiva subida impositiva en IRPF, Patrimonio y Sucesiones.

Los neoconvergentes han puesto siempre la espada en alto para frenar cualquier modificación tributaria que afecte a estas tres figuras. Desde el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que en mayo recalcó que «no tiene sentido subir» estos impuestos, a la coordinadora general del partido, Marta Pascal, que ha insistido continuamente. «No nos podemos permitir gravar más», recordó el domingo por última vez. Pero esta idea contrastó de plano ayer con las palabras de sus socios de gobierno, que expresaron su predisposición a negociar el incremento de impuestos con la CUP porque comparten la voluntad de aplicar una política fiscal que «lime desigualdades sociales».

Torrent no entró a valorar explícitamente las propuestas tributarias de los anticapitalistas, y desdijó a los ex convergentes al plantear que «vale la pena» estudiar todas las posibilidades que «ayuden a redistribuir la renta de los que más tienen a los que más sufren». Pocos minutos antes, la CUP había dado a conocer que sus medidas tributarias permitirían ingresar 500 millones de euros más.

Según desglosó ayer la diputada antisistema, Eulàlia Reguant, 100 millones provendrían de la reforma que proponen del IRPF –creación de dos tramos nuevos: uno entre 60.000 y 90.000 euros que pasaría a estar gravado con un 22,5 por ciento (un punto más que actualmente), y otro de 90.000 a 120.000 euros con un 23,5 por ciento (dos puntos más que actualmente)– y de la reforma de Patrimonio –que plantea que el mínimo exento sea de 450.000 euros y subir cada tipo a cada tramo que se aplica–. Los otros 400 millones de euros provendrían de Sucesiones y Donaciones, devolviéndolo a niveles de 2010. Reguant también exigió recuperar la tributación a los casinos previa a la reforma que impulsó el Govern para BCN World –volver al 55 por ciento en lugar del 10 por ciento actual– e instó a la Generalitat a crear ocho nuevos impuestos ambientales.

El gobierno catalán y la CUP tienen ahora diez días por delante –hasta el 28 de enero– para negociar la fiscalidad. Los anticapitalistas advirtieron: «El Govern siempre se ha negado a incluir una subida impositiva en las cuentas de este año, y la CUP reivindica que ella también ha planteado esta subida desde el primer momento».

Fuente: larazon.es