Un representante del Departamento del Interior y Gobierno Local de Filipinas dijo el miércoles que el gobierno no autorizaría la construcción de un casino resort en la isla de Boracay. El famoso destino turístico se encuentra en rehabilitación medioambiental, después del cierre del 26 de abril.

El oficial encargado del Departamento de Gobierno, Eduardo Año, habló en el segundo Forum Pre-Estado de la Nación 2018, que tuvo lugar el miércoles en el Centro Internacional de Convenciones de Filipinas en Pasay City. El representante reiteró que el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ya había dicho que no se permitirían casinos en la isla y que Boracay era un destino popular visitado por turistas internacionales por sus playas de arena blanca y que no necesitaba el juego para atraer visitas.

El Sr. Año además reveló que había varios miembros del gabinete que se oponían firmemente a la construcción de un casino resort en la isla y nombraron al secretario de Medio Ambiente Roy Cimatu, quien dirige la Boracay Rehabilitation Inter-Agency Task Force como uno de dichos representantes. El grupo de trabajo se reunió a principios de este año para evaluar el estado de Boracay y determinar si era necesario cerrar la islapara una limpieza medioambiental.

Finalmente, Boracay fue clausurado para actividades comerciales por unos seis meses después de que una revisión del grupo de trabajo descubriera que muchas empresas en la isla estaban evacuando sus aguas residuales no tratadas directamente en el mar.

El presidente Duterte y su nueva guerra contra el juego

A finales del año pasado, surgieron noticias de que el operador de resorts integrados de Galaxy, Galaxy Entertainment Group, se había asociado con la empresa filipina Leisure Resorts & World para construir un complejo de casino de $500 millones en Boracay.

Las dos compañías avanzaron esta primavera con su plan cuando buscaron la autorización para llevar a cabo el ambicioso proyecto. También se informó que Galaxy y su socio local habían comprado una porción de tierra en la isla con el objetivo de convertirla en una propiedad de lujo con casino, hotel y múltiples instalaciones de hostelería y entretenimiento.

Sin embargo, el plan fue recibido de diferentes formas por parte del gobierno filipino y fue fuertemente rechazado por el presidente Duterte, quien es conocido por su postura generalmente negativa hacia todo lo relacionado con el juego. El presidente prometió evitar la construcción de un casino resort esta primavera y reiteró su compromiso a principios de este mes durante un evento que formaba parte de las celebraciones del 31° aniversario del Departamento de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Filipinas.

El Presidente también ha dicho anteriormente que planea entregar Boracay a sus residentes como parte de una reforma agraria que se está llevando a cabo actualmente por el Gobierno filipino. Si se implementa, la reforma agraria verá cómo se reparten casi 900 hectáreas de tierras agrícolas principalmente entre nativos. El presidente Duterte ha señalado que se aseguraría de que las partes no desarrolladas de la isla se utilicen únicamente para fines forestales y agrícolas.

Fuente: casinonewsdaily.es