Bingo Caballito
Bingo Caballito, en la ciudad de Buenos Aires

Mientras el titular del Instituto de Lotería afirma que no se autorizó la instalación de tragaperras, el balance de la Empresa Codere muestra que en el último año la compañía aumentó su parque de máquinas en 338 unidades. El gobierno de la Provincia se niega a limitar horarios y avala que se burle la ley antitabaco.

La consigna de la gobernadora fue: «ningunan tragaperras más en la Provincia» y se ha cumplido, aseguró el titular del Instituto de Lotería bonaerense, Melitón Eugenio López. Sin embargo, las cuentas de las empresas que manejan el negocio del juego en la Provincia muestran algo muy diferente: la firma española Codere, que regentea 14 salas de bingos con máquinas de ese tipo, informó que ha aumentado su parque de tragaperras en un 5,1% en el último año.
Los números hablan por sí solos: Codere pasó de tener en la Provincia 6.613 tragaperras en 2015 a 6.951 este año. Es decir, la firma española, que actualmente se encuentra en manos de fondos buitres (ver aparte), aumentó su parque de tragaperras en 338 unidades, muchas de las cuales se instalaron durante el final del gobierno sciolista y en los primeros meses de la gestión de Vidal. También se constató un gran incremento de la recaudación media por máquina: pasó de $2.587,3 en 2015 a $3.137,5 este año.

La pérdida de tragaperras que registró Codere en Europa fue compensada por el aumento de la oferta en la Provincia de Buenos Aires.

Una situación bastante distinta a otros países donde opera esta misma empresa, en los que son mucho más eficientes los controles del Estado. Por ejemplo, en España, el país de origen de Codere, el parque de tragaperras se redujo en 369 unidades en el último año. En definitiva, la pérdida de tragaperras que registró Codere en Europa fue compensada por el aumento de la oferta en la Provincia de Buenos Aires.
En varias ocasiones, se ha señalado que las tragaperras constituyen una verdadera aspiradora de recursos que diezman los bolsillos de trabajadores, jubilados y personas de sectores socialmente postergados que recurren al juego como forma de salvarse y, en ocasiones, terminan en la ruina. Incluso, en última instancia, se registraron numerosos suicidios de apostadores.

En Argentina la ludopatía se sitúa como la tercera adicción más importante, después de las drogas y el alcohol.

A ello se le suma el azote de la ludopatía que, en la Argentina, según estadísticas del Ministerio de Salud, avanza a pasos agigantados, situándose como la tercera adicción en importancia después de las drogas y el alcohol.
Los especialistas aseguran que las adicciones al tabaco y al juego van de la mano. De ahí l presión que en su momento ejercieron los bingueros para quedar exceptuados de las leyes antitabaco que rigen a nivel nacional y provincial. Entonces lo consiguieron: la primera ley de humo cero aprobada en la legislatura bonaerense incluía un artículo que los dejaba fuera. El escándalo fue tal, que la ley se reformó dos años más tarde de ser sancionada.

«La reglamentación por ley la redactan los municipios

López también descartó que la Provincia de Buenos Aires vaya a fomentar alguna iniciativa para limitar el funcionamiento de las salas de bingo con tragaperras que, en muchos casos, se encuentran abiertas las 24 horas, todos los días del año. «La reglamentación por ley la redactan los municipios», afirmó López.
«Hay un tema fundamental que son los clubes de tabaco. El Ministerio de Salud de la Nación los regula, no lo hacemos nosotros. Los clubes de tabaco tienen que tener determinada estructura e infraestructura y los bingos y casinos la tienen, y están habilitados con esa misma metodología. Es una regulación nacional», afirmó el titular de Lotería.

Los bingueros terminaron instalando «clubes de tabaco» en sus salas, que realmente consiste en espacios repletos de tragaperras con ceniceros.
«Realmente el Estado mira para otro lado. La ley es clara y se debe cumplir»

En rigor, los clubes de tabaco no tienen que ver con los bingos. La ley nacional y la provincial los define como entidades formadas por «fumadores de productos elaborados con tabaco o tabaquerías con áreas especiales habilitadas por autoridad competente». Pero, como estas asociaciones están exentas de cumplir con la norma, los bingueros terminaron instalando «clubes de tabaco» en sus salas, que realmente consiste en espacios repletos de tragaperras con ceniceros.
«Realmente el Estado mira para otro lado. La ley es clara y se debe cumplir», dijo el exdiputado provincial Walter Martello, autor del libro No va más, donde relata pormenorizadamente cómo fue evolucionando el oscuro negocio del juego en la Provincia de Buenos Aires durante los últimos 20 años.
Durante su paso por la Legislatura, Martello presentó diferentes proyectos para reducir el horario de funcionamiento de los bingos. Propuso que todos los establecimientos de juegos y apuestas (lo que incluye casinos, bingos, salas de máquinas  o tragaperras, ruletas, juegos electrónicos u otras formas de juegos de azar existentes en el territorio provincial), no puedan comenzar su actividad antes de las 20h los días hábiles; en tanto sábados, domingos y festivos no antes de las 18.

Codere en manos de «fondos buitre».

La firma Codere está siendo controlada por «fondos buitre» desde 2014, cuando la sociedad que era dirigida por la familia Martínez Sampedro no pudo saldar una serie de compromisos con sus acreedores, que terminaron quedándose con los activos de la compañía.
Uno de los acreedores más importantes de Codere sería Blackstone, fondo de inversión que operó también con deuda Argentina y cobró la reestructuración aprobada en el Congreso nacional, y adquirió a varios bancos bonos de la deuda que los Martínez Sampedro mantenían con el sistema financiero.
Se ha sabido que este año se creó una nueva sociedad denominada Codere Newco, a la cual la firma española transmitió la totalidad de su patrimonio. Esto fue interpretado por muchos sectores como una suerte de vaciamiento.
«Este hecho no debe pasar desapercibido para el gobierno de la Provincia, siendo la ex-Codere el principal operador de los bingos y tragaperras en la Provincia. Esto modifica las relaciones con los clubes u organizaciones de la comunidad que son los verdaderos licenciatarios de los bingos. Habría que orquestar un rápido mecanismo de advertencia a esas entidades cuyas licencias, en algunos casos, también deberían ser revisadas. Codere realiza una transferencia por default y vaciamiento y debemos tener en cuenta que la mayor parte de los recursos de ex-Codere se obtienen en territorio bonaerense en base a vaciar los bolsillos de los asalariados y succionar los recursos de las economías locales», aseguró el exdiputado, Walter Martello.