El Servicio de Regulación e Inspección del Juego investigará “la realidad en la que operan los concesionarios”, informó el Ministerio de Economía de Portugal al diario Público .

Hace tres semanas hubo una reunión entre el Sindicato de Trabajadores de la Industria Hotelera, Turística, Restauradora y Similares del Sur y el jefe de Gabinete de la Secretaría de Estado de Turismo, Nuno Fazenda.

En esa reunión se denunciaron varios puntos: los bingos deben más de 4 millones de euros al Estado en impuestos ; y habrá irregularidades en el funcionamiento de las salas de juego: trabajadores con contratos suspendidos por más de un año, salas de concesión aún por abrir.

Y hay 80 empleados en Lisboa, en Belenenses, que cobran salarios en efectivo porque la concesionaria en cuestión no tiene cuenta bancaria .

Los bingos perdieron relevancia en la rutina portuguesa a lo largo de este siglo: había 30 salas de juego en 2002, ahora hay seis .

Debido a la pandemia , varias medidas legales y administrativas han cerrado las salas de bingo o limitado su funcionamiento.

Y, en esta secuencia, los comerciantes se “angustiaron” financieramente y no pueden cumplir con lo que se suponía que debían hacer.

Algunas de las salas de bingo aún no pueden recuperar las ganancias perdidas debido a COVID-19. Y se comprobó más fácilmente que el actual modelo de funcionamiento del bingo “puede estar desactualizado o ser inadecuado”, indicó el ministerio.

La situación actual debería poner en peligro el empleo de cientos de trabajadores , advierte el sindicato.

Fuente: zap.aeiou.pt